Barrio Gótico

Empezando el itinerario en Plaza Cataluña, encontramos una estatua llamada Mercurio o Hermes. La estatua no la hemos podido divisar bien ya que estaba tapada por una obra de la Caja Madrid pero lo hemos podido reconocer por el sombrero que lleva y el brazo levantado señalando hacia arriba.

Una vez hemos identificado la estatua de la Plaza Cataluña, nos hemos dirigido hacia el barrio Gótico, que recibe este nombre porque es uno de los barrios más antiguos de Barcelona y conserva edificaciones, estatuas, etc., muy antiguas e incluso un trozo de la antigua muralla de Barcelona.

Más tarde nos hemos dirigido hacia la esquina con las Ramblas que queda a banda de mar y a la derecha encontramos una escultura dedicada a Francesc Macià, que fue un político español, primer presidente de la Generalitat de Catalunya (1931-1933) durante la II República, uno de los máximos representantes del nacionalismo catalán de izquierda. En su representación de la Plaza Cataluña, se encuentra una placa con el siguiente inscripción: “Essent president de la Generalitat de Catalunya el molt honorable Sr. Jordi Pujol i Soley, fou inaugurat aquest monument el 25 de desembre de 1991”.

Después, yendo hacia la derecha, al lado de Hard Rock Café hemos encontrado una calle muy pequeña que aunque no lo parezca tiene salida. El nombre de la plaza que hemos encontrado es Ramón Amadeu, que era un Escultor español que se dedicó con preferencia a las figuras para belenes, de aire popular y sencillo realismo. Algunas de las muestras de su obra se conservan en los museos e iglesias de Barcelona, Jaén y Segovia. Vivió desde el año 1745 hasta el día de su muerte que llegó en el año 1821.

Justo delante de esta placita nos encontramos la iglesia de Santa Anna, que tiene un claustro pequeño, que más bien parece un patio con mucha vegetación, tanto árboles como arbustos rodeados por hileras de plantas que forman cuadriláteros y en su interior se encuentra un pozo.

Más tarde, nos dirigimos hacia la calle Bertrellans, a la cual se llega pasando por debajo de la arcada de la calle Santa Anna. En esta calle encontramos siete farolas que estan fijadas en las fachadas de las casas y tiendas que se encuentran en ella.

Siguiendo esta misma calle hemos dado con la plaza de la Villa de Madrid en la que vale la pena observar los restos de necrópolis romana que bordeaba el camino de entrada a la ciudad anteriormente.